Para ELA el Plan de Empleo del Gobierno Vasco para el 2014-2016 sigue en la línea de la política de recortes y ajustes aprobados por el ejecutivo de Rajoy. "Y con esta política de recortes no se va crear empleo", ha señalado el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz "Txiki" en el transcurso de la presentación esta mañana en Bilbao de la valorización de ELA de la iniciativa del Gobierno de Urkullu.
Junto al secretario general, han tomado parte en la presentación del informe el responsable del área social Mikel Noval y Janire Landaluze del gabinete de estudios del sindicato. Para ELA estamos, como estábamos con el Gobierno de López ante política continuista que no tiene como prioridad la creación de empleo. Es un plan genérico, con programas fracasados que fomentan la precariedad y con una dotación presupuestaria insuficiente.
ELA exige un cambio radical de las políticas presupuestarias y fiscales para favorecer la creación de empleo. Para ello aboga por una mayor implicación del sector público, es especial en aquellos servicios que tienen que ver con el Estado de Bienestar, acompañada de una reducción de jornada sin reducción de salario. Asimismo, junto a una política industrial con planes concretos, ELA exige el desarrollo de un Servicio Público de Empleo potente y de un modelo de formación de calidad, que responda a las necesidades reales existentes en la CAPV.
I- PLAN DE EMPLEO DEL GOBIERNO VASCO
El pasado mes de enero el Gobierno Vasco aprobó el Plan
de Empleo 2014-2016. Se trata, según sus palabras, de un “plan de acción, no de
reflexión” que “no pretende sustituir las estrategias ya existentes y
realizadas en el pasado, como la última Estrategia Vasca de Empleo”. Esta
Estrategia se presentó hace menos de un año, concretamente en marzo de 2013,
como “un plan de choque como estímulo para la creación de empleo con medidas
concretas y realistas”.
ELA señaló en su momento que el Plan aprobado en marzo
del año pasado, más que un plan de choque era la recopilación de los programas
ya existentes. Ahora, nueve meses después, se presenta un plan para tres años
(2014-2016) que por supuesto que no pretende sustituir al anterior, sino que
sigue su estela, lo toma como propio casi en su integridad y no aporta en
consecuencia ninguna novedad en las medidas planteadas. Analizado el contenido
del Plan, desde ELA destacamos que:
· Es
un plan genérico. Suponemos que en coherencia con el objetivo marcado de no
entrar mucho en la reflexión, se presenta un plan inconcreto tanto en cuanto al
modo de desarrollo y ejecución de las medidas como en el porqué de sus
objetivos. Se basa en “apoyar, fomentar, asesorar, orientar”; palabras en
principio vacías, cuyo fondo real se desconoce.
· Es
un plan continuista. Se apoya íntegramente en todos y cada uno de los programas
fijados en el Plan de Reactivación Económica 2013-2016, salvo el apartado
relativo a la creación del Fondo de Solidaridad que desaparece. Ninguna novedad
respecto a las actuaciones, y sí en cuanto a las fuentes de financiación, (se
refuerza en muchos de los casos la financiación destinada por el Gobierno Vasco
en contra de lo que ocurre con los recursos privados, que decrecen).
· Son
programas fracasados, agotados y que fomentan la precariedad. Las medidas
propuestas son prácticas ya empleadas que no han contribuido a la mejora del
empleo, y que en mucho de los casos han generado empleo precario y temporal,
que luego ha desaparecido. Se limitan al impulso del empleo precario, l obviando
las condiciones laborales dignas.
· Una
vez más, no es un plan abierto a la participación. El plan se ha
elaborado de manera unilateral por el Gobierno Vasco, y sus contenidos se han
trasladado al Parlamento. Este plan es, como viene siendo habitual, un plan
realizado sin participación social previa, aunque el propio plan diga lo
contrario. Ni siquiera tratándose de un tema tan preocupante la participación
social es importante para este Gobierno. La participación y su necesidad solo
se menciona después de tramitado y presentado. Decir a posteriori que es un
plan abierto a las aportaciones, es pura propaganda, pura imagen.
· No
es realista. Más de una medida y todos y cada uno de los impactos a
generar (objetivos cuantitativos de creación y mantenimiento de empleo) se
basan en estimaciones carentes de credibilidad. Incluso alguna de las medidas
cuentan con que la ciudadanía o los propios trabajadores (por ejemplo el plan
renove vivienda, o el autoempleo e emprendimiento) realicen inversiones
económicas que, en la actual coyuntura económica, resultan muy poco viables. Se
confía en exceso a en la concesión de microcréditos por parte de las entidades
financieras.
· La
dotación presupuestaria es insuficiente. El Gobierno Vasco
se ha visto obligado en alguna de las acciones a incrementar la aportación
pública debido a que en las estimaciones anteriores contaba, como criticó ELA,
con sumar las hipotéticas aportaciones de la iniciativa privada, las
Diputaciones Forales, ayuntamientos, o incluso la Unión Europea y el Gobierno
Español. Es inadmisible que, en un plan de estas características, dé por
supuestas y sume a los objetivos unas cuantías que dependen de terceros. La
única explicación lógica es querer dar la imagen de un esfuerzo importante,
vender cifras grandilocuentes sin sustento objetivo alguno, cuando realmente la
dotación presupuestaria es muy exigua.
· Los
datos de creación y mantenimiento de empleo tampoco son creíbles, por
dos razones. Por un lado, se presentan estimaciones o proyecciones resultantes,
en la mayoría de los casos, de multiplicar los objetivos fijados para el primer
año. Por otro, las dotaciones presupuestarias conforme a la reducción que ha
sufrido el presupuesto de la CAPV, son a la baja respecto a ejercicios
anteriores, lo que provocará que el efecto neto en el empleo será negativo; se
va a destruir empleo. Si las medidas no se concretan es imposible pretender
estimar el impacto que éstas tendrán en el empleo. En todo caso, la utilización
reiterada de palabras como “proyección o previsión” es también muestra de la
poca credibilidad que tienen esas cifras. Es más, los objetivos cuantitativos actuales
son en algunos casos incluso menores a los fijados de marzo de 2013, debido
fundamentalmente a que la aportación económica a realizar por las entidades
privadas es inferior, por lo que es lógico concluir que durante este tiempo,
aproximadamente un año, no se ha avanzado nada.
· Nada
se dice respecto al papel del Gobierno Vasco como empleador.
Se obvia la política de amortizaciones, reducción de empleo temporal, no
sustituciones, los efectos en las sociedades públicas, subcontratas, etc.
· El
plan se ratifica en las políticas que están provocando un aumento del paro.
Se establecen como marco las actuales políticas que se están impulsando en la Unión
Europea y en el Estado español. A su vez se asume la necesidad de los recortes
presupuestarios por parte del Gobierno Vasco. En definitiva, supone aceptar y
dar por buenas las políticas que están dando lugar a un fuerte aumento del
desempleo. Es evidente que la voluntad de las instituciones es seguir reduciendo
el déficit público y no aumentar los ingresos (al seguir con la misma política
fiscal). Y esta política va a seguir generando más paro en los próximos meses o
años. Por tanto, las conclusiones que extraemos sobre este Plan son:
1. El Gobierno Vasco no demuestra estar preocupado verdaderamente
por el empleo. Además de los recortes presupuestarios (actuales y
futuros), que van a contribuir a aumentar el desempleo, y de la disminución del
empleo público, ha presentado un Plan de Empleo vacío de contenido, con el
único fin de dar una imagen de preocupación y de actuación rápida. Nos
encontramos ante un problema muy grave que requiere soluciones eficaces,
comprometidas e inmediatas.
2. El desempleo es la coartada, no el objetivo. La
preocupación del Gobierno por el paro es meramente retórica.
En el mejor de los casos, para el Gobierno Vasco el paro es un “efecto
colateral” de su política. Si el Gobierno Vasco estuviese realmente preocupado
cambiaría radicalmente sus políticas, cuestionaría (en vez de asumir), las políticas
de recortes que se aplican e impulsan por parte de la Unión Europea, el
gobierno de Rajoy o él mismo. Mientras no se plantee un giro total de las
políticas presupuestarias y de las políticas fiscales, se van a seguir
aplicando las recetas que nos llevan a más paro, más pobreza, más precariedad y
más desigualdades sociales.
3. El Gobierno Vasco no plantea cambios en un modelo de
formación que deja de lado la calidad del sistema para favorecer
los intereses económicos de la patronal, CCOO y UGT. Además, no se plantea
ningún cambio en el modelo de la denominada “formación para el empleo”, a pesar
de que todo el mundo reconoce (incluso el propio Gobierno lo hace) que es un
modelo de muy baja calidad, donde prima el reparto de fondos entre Confebask,
CCOO y UGT y no las necesidades sociales y económicas existentes en la CAPV.
Seguir dando cobertura a este modelo es un fraude a la sociedad, que, sin duda,
tiene que ver con la voluntad reiterada de mantener un Diálogo Social que es
una ficción.
4. El plan de empleo hace una apuesta por subvencionar la
contratación temporal y por favorecer empleos precarios,
con bajos salarios y sin que se apliquen los convenios. Se hace seguidismo de
la política del PP en el estado español. Por esta vía, haciendo llegar dinero a
las empresas, no se genera ni un solo puesto de trabajo. Es inadmisible que se
fomente desde la administración la precariedad y la no aplicación de la negociación
colectiva. De esta manera pretenden maquillar la estadística, en el que se fomentan
empleos miserables (temporales, a tiempo parcial, etc.)
5. El Gobierno Vasco sigue con el mismo modelo social-
Se fomenta una mentalidad individual (del sálvese quien pueda, del autoempleo,
de la iniciativa privada individual,…) que trata de fomentar una sociedad
individualista y una carrera para disputarse el acceso a un empleo cada vez más
escaso, en lugar de hacer políticas que favorezcan la creación de empleo y la
solidaridad social. Se avanza hacia la destrucción de lo colectivo y de los elementos
que definen la cohesión social.
II- PROPUESTAS DE ELA PARA CREAR EMPLEO DE CALIDAD
ELA entiende por políticas de empleo las encaminadas a
crear empleo de calidad. Por tanto, la reflexión no se circunscribe a analizar
determinadas cuestiones (que son muy importantes), como tener un adecuado
sistema de formación o unos servicios públicos de empleo que den respuesta
adecuada a las necesidades de la sociedad, sino que pretende incidir en las
políticas estructurales que llevan a crear puestos de trabajo.
Las propuestas de ELA son:
1. Aplicar políticas para crear empleo de calidad exige, en
primer lugar, un cambio radical en las políticas presupuestarias y fiscales
que se vienen aplicando. Las políticas de ajuste y de recortes
presupuestarios están dando lugar a un fuerte aumento del paro. Por ello es
necesario revertir estas políticas presupuestarias. Un aumento del gasto
público es imprescindible, para lo cual se requiere también un giro radical en
las políticas fiscales aplicadas en los últimos años, como viene reclamando ELA
mediante diversas propuestas. Es preciso recordar el déficit fiscal existente
con la Unión Europea (2.000 millones al año en Navarra y 4.400 millones en la
CAPV), y la consiguiente descapitalización y renuncia a crear empleo que conlleva.
2. Se debe desarrollar el sector
público, en especial los servicios públicos que tienen que ver con el Estado
del Bienestar. En Euskal Herria el nivel de gasto público en
protección social (24,5% del PIB) es muy inferior al de la media europea (29,4%
del PIB), lo que repercute en un menor nivel de coberturas sociales y de empleo.
Es necesario aumentar el nivel de empleo público en sanidad, educación, servicios
sociales, transporte, etc. Como se ve, mejorar la protección social conlleva
un mayor nivel de empleo de calidad.
3. Reducción de la jornada sin
reducción de salario. El fuerte aumento del desempleo que se viene
produciendo va de la mano de un aumento de la productividad, que va a parar a
los excedentes empresariales. Es decir, se está produciendo una distribución de
la riqueza en la que la parte de las rentas de trabajo es cada vez menor,
favoreciendo a las rentas empresariales y del capital.
La reducción de la jornada a 35 horas,
sin reducción salarial, es una política de creación de empleo y que es
perfectamente posible si se acepta una distribución de la riqueza más justa.
Del mismo modo que aumentar la jornada, como ha hecho el Gobierno Vasco,
dejando de lado los acuerdos alcanzados en su día e incumpliendo la ley aprobada
en el Parlamento Vasco para reducir la jornada a 35 horas, va suponer que menos
personas trabajen más horas. Es necesario, además, abordar el reparto del
trabajo, tanto del productivo como el del reproductivo.
4. Aumentos de salarios por encima del
IPC y niveles dignos de coberturas sociales. La creación de
empleo también está relacionada con la capacidad de compra de bienes y
servicios. Si no hay empleo y si las condiciones de trabajo son cada vez
peores, es imposible que se genere una capacidad de compra de bienes y
servicios. Un modelo basado en la exportación no va a absorber la caída de empleo
provocada por la caída del consumo interno. ¿A quién compramos si no tenemos
ingresos? Por eso, es suicida, en términos económicos, una política de reducciones
salariales o de reducción de las prestaciones sociales. Se ha demostrado que
mejorar el poder adquisitivo de los salarios y de las prestaciones sociales
contribuye a crear empleo, además de a una más justa distribución de la renta.
5. Un salario mínimo digno y
establecimiento de una renta máxima autorizada.
El salario mínimo debería ser una herramienta para
garantizar unas condiciones laborales y de vida dignas. Sin embargo, la cuantía
fijada en el estado español (645,3 euros al mes, 748,3 si se incluye la parte
proporcional de pagas extras) es una cantidad a todas luces insuficiente. Es,
además, muy inferior a los más de 1.400 euros que se establecen en Francia,
Países Bajos, Irlanda o Bélgica o a los 1.801 euros de Luxemburgo. También es
importante establecer un ingreso máximo autorizado, que evite la enorme
concentración de riqueza. Es una cuestión de justicia social, democracia y de respeto al planeta (hay
que establecer límites a la depredación de un planeta finito). Existen vías,
como la imposición de un tipo marginal del 100% a partir de un determinado
nivel de renta o de beneficios, que permiten llevar a la práctica esta
reivindicación.
6. Modificación radical de la actuación
de las entidades financieras. Es necesario revertir la
bancarización de las Cajas de Ahorro (Kutxabank, CAN). Asimismo, hay que
reorientar la actuación del sistema financiero, para que se centre en la provisión
de crédito a las familias y a las empresas, eliminando la especulación y
prohibiendo las actuaciones que tienen que ver con la evasión de impuestos
(incluidos los paraísos fiscales). El principal problema de muchas empresas
vascas es la inexistencia de crédito, que afecta también a empresas solventes y
con productos con futuro. El actual sistema financiero no da respuesta a las
necesidades existentes, debido a determinadas prácticas especulativas que no
deben tener lugar. El comportamiento especulativo que ha provocado la actual crisis
no ha cambiado.
7. Política industrial.
Se debe garantizar la financiación (de inversiones, I+D+I o circulante) para
las empresas que tienen un proyecto y producto con futuro. Por otro lado, el
Gobierno Vasco debería definir los sectores estratégicos y desarrollar planes
concretos para su impulso. Son imprescindibles los proyectos y planes para impulsar
sinergias entre empresas que ofrecen productos complementarios.
También se requiere:
· Un
papel activo de las instituciones para hacer labores de intermediación y obtención
de capital para empresas cuyo futuro está en peligro.
· Ayudar
y dinamizar los procesos de internacionalización de empresas.
· Poner
en marcha planes concretos sobre empresas pequeñas y medianas.
· Abrir
un proceso de reflexión sobre la inversión y desarrollo, teniendo en cuenta que
hay que poner al servicio de la sociedad lo que se impulsa con dinero público.
8. Impulso de los empleos verdes.
Es fundamental el impulso de actividades sostenibles desde una perspectiva
económica, social y medioambiental. Es cada día más evidente la urgencia de
cambiar el actual modelo de producción, distribución y consumo. El hecho de que
los niveles de CO2 en la atmósfera ya superen los 400 partes por millón de
partículas (cuando el nivel máximo aceptable se estima en 350) es una muestra
de ello. Sin ánimo de ser exhaustivos, existe un gran potencial de empleo en
actividades relacionadas con las energías renovables, la gestión y tratamiento
de residuos, la regeneración de suelos, la agricultura ecológica (y la interrelación
entre el sector primario y el resto de sectores), el control y prevención de la
contaminación, etc.
9. Dar marcha atrás en las reformas de
pensiones aprobadas en los últimos años. Las últimas reformas
han retrasado la edad de jubilación (hasta los 67 años), han reducido la
cuantía de las nuevas pensiones y han impuesto pérdidas de poder adquisitivo.
Retrasar la edad de jubilación supone aumentar el paro en la gente joven. Por
tanto, es necesario dar marcha atrás en los recortes adoptados, y dignificar
las cuantías de las pensiones, para contribuir a la reducción del desempleo.
Todos los contratos deben cotizar a la Seguridad Social.
10. Mantenimiento del empleo.
Las reformas laborales han aumentado la flexibilidad laboral a decisión
unilateral del empresario. Esto ha provocado un aumento de los despidos y una
precarización del empleo. Esta mayor flexibilidad está teniendo como resultado
directo un mayor nivel de desempleo, por lo que la mejora de los derechos
laborales, incluyendo la marcha atrás en las reformas laborales y de
negociación colectiva aprobadas en los últimos años, se convierte en una política
necesaria, tanto para que no se destruya empleo como para mejorar esas condiciones.
En este sentido es importante no permitir despidos por causas económicas,
organizativas o de producción cuando las empresas están en beneficios o lo
hayan estado en años anteriores.
11. Desarrollo de un Servicio Público de
Empleo potente y de un modelo de formación de calidad, que responda a las
necesidades reales existentes en la CAPV:
· El
actual modelo de formación para el empleo es una copia del modelo español,
fracasado y de baja calidad, que no sirve más que para el lucro de las entidades
y organización participantes en él, que deciden autoasignarse más de un tercio
de los fondos públicos. ELA reclama que se abandone este modelo, y se opte por
un diseño propio, basado en las necesidades sociales y económicas de nuestro
territorio, e impartido por los centros de formación profesional homologados de
reconocido prestigio.
· En
relación a la intermediación laboral, ELA defiende que se haga mediante el Servicio
Público de Empleo, abandonando el actual diseño de subvención y financiación de
entidades privadas, las cuales en muchas ocasiones no dan un servicio adecuado
ni garantizan la igualdad de oportunidades.
· Denunciar
la transferencia de las competencias de empleo y formación, por su falta de
capacidad de decisión y la pérdida económica que conllevan. La capacidad de
decisión en materia de políticas de empleo (tanto de las políticas activas como
de las pasivas) debe estar en manos de las instituciones vascas, como parte
fundamental de lo que denominamos Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección
Social.